“Estoy en un momento importante de mi vida, en lo personal y en lo profesional. Hace tres años, cuando decidí concentrarme en la preparación de autos de competición, no imaginaba este presente.” A Sebastián Chincarini, de 30 años, los resultados le sonríen por estos días. Convertido en el preparador del momento en el TP 1.4 salteño luego de lograr un 1-2-3 en el autódromo “Martín Miguel de Güemes” salteño, con coches preparados en su taller de la zona del parque 9 de Julio, le sumó un detalle más: él mismo se subió a una de esas máquinas, invitado por Lucas Salvatierra, alcanzando un 2° lugar.
- Muchas veces la realidad supera lo que uno planea. ¿Este es tu caso?
- Totalmente. No esperaba andar así, después de tanto tiempo de inactividad y de los problemas que había tenido con el auto en la previa. Largué atrás, pero logré “tirar” en pista con Pablo Ortega y con Martín Luque. Me sentí cómodo, a buen ritmo pero sin training. Y en cuanto al equipo, copar el podio no lo esperaba, aunque también sé que se trabaja para eso.
- ¿Cuál creés que fue el punto de inflexión para dar este salto de calidad?
- Pienso que fue en junio de este año, cuando encontramos un desarrollo nuevo en la tapa de cilindros. Además, Jorge Humbert empezó a encargarse de los amortiguadores. Además, lo que pasa en cada carrera se analiza al detalle gracias a la adquisición de datos. Los resultados saltan a la vista.
- ¿Estás tendiendo al profesionalismo?
- Armé el equipo con esa idea. Estudiar en la Facultad me abrió la cabeza, lo aprendido lo apliqué al taller. Ser profesional es algo costoso, pero es cómo debe trabajarse.
-¿Cómo lográs el equilibrio frente a tantas responsabilidades y teniendo este equipo a cargo?
- ¡No lo sé, jaja! Trato de ser ordenado y de rodearme de gente que sabe. Me auto exijo, pero igual quedan cosas pendientes. Porque lo mío no es sólo el taller: me casé el año pasado y estoy construyendo mi casa. Me falta tiempo, por eso no puede rendir las últimas seis material que me faltan para recibirme de ingeniero mecánico.
- ¿Qué diferencia hay entre el piloto y el preparador?
- Para mí, ninguna. A ambas tareas les pongo mucha pasión. De hecho, preparo los autos como si los fuera a utilizar yo, sin perder de vista ningún detalle. Así que todos están bien prolijos.
- ¿Qué cambió en el taller con la adquisición del banco de pruebas?
- Es algo que mi papá siempre quiso tener, desde que le atendía los autos a Bernardo Ortega. Pero la inversión era muy grande hace un tiempo. Un día decidimos comprarlo y, a partir de ahí, se mejoró muchísimo. De una carrera a otra bajamos un segundo y medio los registros. Además, te ahorra mucho tiempo de trabajo. Es una herramienta excepcional.
- ¿Incidió en tu presente venir de un hogar en el que tu papá Luis puso la impronta del automovilismo?
- Sí, por supuesto. Él y mi tío Rafael fueron determinantes. Yo solía ir al taller, me empapé de esa realidad. Mi ‘viejo’ aún me da una mano en la parte mecanizada. Es un maestro.
- ¿Hay planes de expansión?
- Por supuesto. Y aclaro que hago esto porque cuento con gente bien capacitada trabajando conmigo. Entre mis colaboradores, hay tres pilotos: Pablo Turbay, Leonardo Ulla y José Svetliza. También están Alberto Uriana, Maximiliano Melián, “Huguito”, Diego Torres, Juan Frías y Federico Parra. Actualmente tenemos en el taller cinco autos del TP 1.4, los Fiat 128 de Salvatierra, de Matías Rodríguez, de los salteños Pablo Sardi y Nicolás Ale, además del Fiat Uno de en vías de armar dos más. También me ilusiono con llegar al Car Show Santafesino, pero esta vez con continuidad. También presento sumar un chasista al equipo, porque se me hace cuesta arriba encargarme de todo. Este es el momento de aprender y crecer, no hay que bajar los brazos.
- ¿Algo en el TN?
- Si surgiera algún cliente que me pida un servicio así, lo aceptaría sin dudarlo.
- ¿Vas a seguir como piloto?
- Corrí esta vez como invitado, pero no sería compatible que lo haga como titular porque yo estoy brindando un servicio a varios pilotos. Hoy mi realidad es otra: soy preparador.
- ¿Qué sentís al ver que los autos que preparás luchan por los primeros lugares?
- Es una sensación hermosa, un orgullo. Lo bueno es que se logran triunfos en series, en finales. Esto da la pauta de que lo que estamos entregando es bueno y de que estamos trabajando en serio.